No hace mucho encontré metido en un libro un trozo de papel
que reproduzco en la foto siguiente. Es una hoja de una pequeña libreta,
amarillenta, y escrita con mi letra de hace unos años; en concreto, con la
letra que tenía en 1982 y 1983, hace nada más y nada menos que … TREINTA Y
CINCO AÑOS!
Y volví atrás en el tiempo para reencontrarme con un
adolescente que leía sin parar y que en un momento determinado decidió anotar
sus lecturas para que estas no cayeran en el olvido. Lecturas que, como puede
observarse, eran muy variadas: autores españoles como Sénder, Baroja, Benavente
o Valle-Inclán; hispanoaméricanos como Vargas Llosa, García Márquez o Neruda; y
de la Literatura Universal como Shakespeare o Herman Hesse; incluso clásicos
como Sófocles y sus tragedias.
También es de destacar –envidiable- mi ritmo de lectura del
momento: “La Colmena” o “El lobo estepario” en seis días, “Pantaleón y las visitadoras” y “Luces de Bohemia” en cuatro o incluso “Cien años de soledad” en veintidós. Y no
era en verano!
Otra cuestión a destacar es que ya entonces había libros que
no terminaba, lo que dice algo de mis gustos literarios: “El mundo es ansí” o “Edipo en
Colona” parece que no me engancharon lo suficiente como para leerlos
enteros. Y lo mismo se puede decir de “América
desde la revolución emancipadora hasta nuestros días”, que supongo que
empecé por haberlo utilizado en algún trabajo sobre Historia del curso y que no
me entusiasmó cuando traté de leerlo entero.
En cualquier caso, no se trata de realizar un análisis del
documento sino de utilizarlo como pretexto o justificación de este blog que
empiezo a escribir hoy, en el mes de agosto, pero que lleva en mente ya algún
tiempo y que pretende ser un modo de conservar aquellos recuerdos que antes se
reflejaban en un papel (y que, a veces, no se volvían a encontrar hasta treinta
y cinco años después) y que ahora, por virtud de la tecnología, se pueden
guardar quizá eternamente.
De ahí su nombre, “mi otro yo”. Es mi otra faceta, no
la jurídica, sino la literaria, la de alguien a quien le apasiona leer y
escribir. Por eso en este espacio volcaré mis lecturas y las reflexiones o
cuestiones que me hayan planteado. Y quizás también en algún momento escriba
algo sobre temas extrajurídicos sobre los que me apetezca mostrar mi opinión
(o, quizá, mi queja). En definitiva, el otro, el alternativo, el que permite el
uso inocuo del Derecho, el que se concede a quien no es titular del derecho
pero a nada ni a nadie perjudica con su uso.
De todos modos, como todos los blogs, requiere una disciplina
y una frecuencia que no sé si podré mantener fuera del mes de agosto, por lo
que desde ya pido disculpas a quien me lea si finalmente no tiene la
continuidad que me gustaría.
Andar y ver!
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