Empezaré por justificar esta
entrada. Hace unos días, en mi cuenta de Twitter (@AlfilAbogados) entré en una
interesante conversación sobre los supuestos derechos de los animales, lo que
ha motivado la creación de una sección de Derecho animal en muchos Colegios de
Abogados, entre ellos el de Sevilla. Y, en medio de esa conversación, ofrecí a
uno de los “contertulios” contarle un día, en persona, un juicio en el que se
vio implicado un loro que tuvo que actuar como testigo de cargo.